Impulsado por la necesidad llego a este momento en que debo analizar cada cosa que pasa por mi cabeza. Tengo que lograr encontrarme dentro de esta tormenta de pensamientos. Hay un choque de nubes neuronales y el enfrentamiento comienza. El mar de preguntas empieza a inundar el espacio y el aire se acaba poco a poco, debo hiperventilar para calmarme y aprovechar esos pequeños espacios con oxígeno. Inhalo calma y, poco a poco, voy exhalando la angustia que anuda mi garganta.
Logro un poco de calma y los pensamientos dejan de chocar para circular de forma más pausada.
Empieza la búsqueda de explicaciones. Las respuestas se esconden y juegan a la duda, pero lucho por centrarme y llegar a ellas. Es difícil, pero poco a poco lo voy logrando y consigo llegar a algunas. Son dolorosas, porque nunca pensé que dentro de mi habitara tanto dolor, dolor que me alega resentido por esconderlo y no dejarlo ir. Lo tengo prisionero y por ahora sólo lo enjuicio y sigo dejándolo atrapado en aquella celda de barrotes gruesos reforzada con un campo magnético llamado miedo. Siento como la prisión se debilita y el temor pierde fuerzas, pero aún no es capaz de dejar libre a su prisionero. Me detengo y lo observo con más detalle. Me doy cuenta que abraza y protege a más emociones. La prisión no sólo encierra el cúmulo de dolor. Hay más, pero no logro ver qué es.
La angustia empieza a generar más y más preguntas que inundan aquellos pequeños espacios de oxígeno en los que lograba estar calmo para ver todo, ahora no hay dónde respirar por más que hiperventile.
Decido parar. Intentaré hallar más explicaciones en otra sesión de búsqueda. Avanzaré hasta encontrar respuestas a todas aquellas interrogantes que se quedan en mi cabeza y me hacen tanto daño. Lucharé por encontrar las respuestas para que sean libres y en mi cabeza haya más espacio para la felicidad, pero de esa de verdad, esa que dibuja sonrisas que no duelen y que son espontáneas, incluso de aquellas rebeldes -que a mi juicio son las mejores- que aparecen sin que nos demos cuenta y que cuando lo hacemos no queremos que se vayan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario