Las enfermedades, síndromes y patologías son sólo parte de la misma vida y de lo que nos hace diferentes y únicos a cada uno, no tenemos por qué temer de lo que somos y debemos aceptarnos con todo lo positivo y negativo que tenemos y nos hace particulares.
¿Acaso una persona con cáncer, sida o un simple resfrío no pueden ser felices y seguir disfrutando de la vida? Por muy simple o compleja que sea la enfermedad que tengamos o el problema por el que estemos pasando, incluso, y tanto mejor, si no se tiene ninguno, y en este último caso con mayor razón, sólo debemos preocuparnos por ser felices y hacer que cada día de nuestras vidas valgan la pena y no estar mortificándonos todo el tiempo o dejando que lo que piensen los demás, o que alguna molestia nos achaque tanto como para olvidar sonreír en algún momento, porque la vida es muy corta como para vivirla con depresión y lleno de problemas, es mejor disfrutarla con una sonrisa sincera y llena de energía.
Recuerda siempre regalar felicidad y verás como harás que el resto se sienta mejor, y tú serás aún más feliz viendo como los que te rodean se contagian de este simple gesto que puede significar tan poco para algunos, pero que a su vez hace tanto por todos.
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